miércoles, 2 de junio de 2010

Crónicas de Eleriem. Capitulo 1 (Destr)


En la oscura noche de la arcana fiesta de la Ascensión, dos criaturas se buscaban en las sombras del Bosque Quemado. Los dos armados. Los dos alerta. Acechándose el uno al otro. Buscándose. Ambos con la misma intención.

No ser la presa.

El Bosque Quemado hacia honor a su nombre. El suelo parecía ceniza, no había plantas en el y los árboles eran de corteza negra, como calcinada. El único verde visible era, según la especie, el de las minúsculas hojas de los árboles o el de las largas y afiladas espinas. Pero era un verde apagado, oscuro, que no aliviaba la atmósfera de muerte que se respiraba en el lugar.
La culpa era de los dragones que vivían en la montaña que dominaba el bosque. A pesar de que aquellas criaturas eran cada vez menos, seguían luchando entre ellas. El resultado era aquel bosque adaptado perfectamente al fuego.
Un crujido hizo que la muchacha se girara con el arco preparado.
Una muchacha maestra del arco vestida con plumas pardas por La Tribu del Águila y un muchacho maestro de la espada vestido con pieles negras por la Tribu del Lobo.
Bajo la mascara ceremonial el sudor se condensaba, el pelo y el traje se pegaban a la piel húmeda. El silencio del bosque solo era roto por el sonido de su respiración agitada por la adrenalina. El miedo corriendo por sus venas, su corazón galopando, sin saber si encontraría a El Lobo o si los Espíritus del bosque o los dragones decidirían romper la tregua sagrada de aquel día.

Puede que fuera el mayor honor al que se pudiera aspirar, pero no era una situación agradable.

Al oír pasos tras ella El Águila se subió a uno de los carbonizados árboles. Coloco una flecha en la cuerda y tenso el arco.
Pero no era El Lobo.

Se trataba de un hombre que debía rozar la treintena, de piel curtida por los elementos, barba de varios días, ojos claros y pelo oscuro, largo y enmarañado. Llevaba pantalones de montar, botas de viaje y una cazadora de cuero vieja, con una espada a la cintura. Que toda sus ropas fueran de color negro debía de tener algún significado, pero El Águila lo desconocía. Solo sabia que los dos únicos humanos a los que se les permitía entrar en el Bosque Quemado la noche de la Ascensión eran los dos elegidos. Fuera quien fuera aquel hombre, debía morir. El arco silbo, la flecha voló... Y El Águila no pudo reprimir una exclamación de sorpresa.

El hombre había atrapado la flecha con las manos desnudas.

La muchacha que había bajo el traje ceremonial sintió miedo cuando el hombre la miro directamente a los ojos a través de la mascara.

-Detrás de ti.

Instintivamente, El Águila se giro a tiempo para ver a El Lobo abalanzarse sobre ella desde otra rama. Su mano fue automáticamente al carcaj y cogió una flecha, pero no fue lo suficientemente rápida. El frió acero le atravesó las entrañas. La sangre acudió a su garganta y escapo por sus labios, manchando la mascara ceremonial. Haciendo un gran esfuerzo, clavo la flecha a través de una de las rendijas de la mascara de su enemigo. Un grito desgarrador resonó en el Bosque Quemado.

En aquella noche de la Ascensión, El Águila venció a El Lobo.

Los dos cayeron al suelo ceniciento, que se tiño del rojo escarlata de la sangre. El hombre se acerco a ella y le quito la mascara liberando su cabello negro azabache y su rostro pálido por la herida. La vista de El Águila se nublo, y lo ultimo que vio fue al hombre agachado junto al que había encarnado a El lobo, comprobando si estaba vivo. Antes de que la engulleran las sombras, pudo oír perfectamente la voz grabe, aterciopelada pero malhumorada del hombre al darse cuenta de que el muchacho estaba muerto.

-Estos de las tribus de los bosques son unos bestias.

El viajero se levanto, y apunto estuvo a dejar allí a la joven y permitir que se desangrara. Al fin y al cavo, ni la conocía, ni la había obligado a pelearse con el otro chico.

Pero pensándolo mejor, y ya que tenia que ir al poblacho de la muchacha, mejor ser bien recibido. Así que la cogió y se la echo al hombro. La verdad, para el caso le daba igual entregar un herido que un cadáver. Total, el esfuerzo iba a ser el mismo.
Y con la muchacha que había sido El Águila al hombro cual saco de patatas, volvió a ponerse a caminar para atravesar el Bosque Quemado cuanto antes.

Notaba que le estaban observando. A pesar de su rareza, aquel bosque, como todos los bosques, tenia un corazón mágico. A veces veía un duende por el rabillo del ojo, y sabia que los espíritus de los árboles le observaban. De igual modo, sabia que no le atacarían. Al igual que el les percibía, ellos le percibían a el. Y si a pesar de eso, se atrevían a intentar atacarle... bueno, le servirían para divertirse un poco.
Después de atravesar el bosque, y tal como había supuesto, llego a una aldea típica de las tribus de los bosques. Casuchas de madera y arcilla con techos de paja y hierva, y forradas por dentro con pieles de animales. Se formo un gran revuelo cuando llego con la moribunda al hombro.

Gritos de alegría por parte de los Hombres Sabios, que durante diez años liderarían el consejo. Sollozos y llantos de angustia por parte de los cazadores, de los familiares, y de todos aquellos a los que el consejo no les importaba lo mas mínimo.
Se llevaron a la muchacha en medio de toda aquella algarabía de llantos gritos y sollozos.

Patético.

A el le llevaron ante el jefe de la aldeucha. El discurso fue el típico en aquellas situaciones. Gracias por devolvernos a la joven, bla bla bla, quédate unos días, bla bla bla, banquetes en tu honor, bla bla bla, eternamente agradecidos, bla bla bla...
Casi se duerme de aburrimiento. Solo al final pudo decir algo.

-Por favor, señor viajero, díganos su nombre para que podamos inscribirlo en la Gran Roca y honrarle así hasta que los dioses deseen ponerle fin al mundo. – pidió el jefe de la aldea

Varias contestaciones pasaron por la cabeza del viajero, incluyendo “bueno, hasta el fin del mundo o hasta que se rompa o se erosione la roca esa...” Pero dado que iba a tener que quedarse unos días para reunirse con Gro, y ese tipo de comentarios solo servirían para hacer mas incomoda su estancia, se los trago y se limito a dar su nombre.

-Jason. Me llamo Jason.

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Tres días.

Tres días llevaba Jason en aquel pueblucho, recibiendo alabanzas, sufriendo el acoso de aquella tribu inculta y salvaje.
Si Gro no llegaba pronto, en aquella aldea iba a haber una masacre. Y el asesino iba a ser el propio Jason.
Logro que le dejaran en paz diciéndoles que iba a darse un baño. Al no quedarle otro remedio, se fue al rió, se desnudo y se metió en el agua. Para su sorpresa estaba caliente. Miro corriente arriba. El rió nacía de la montaña de los dragones ¿tendría algo que ver?
Suspiro y apoyo la espalda contra una roca para que la corriente no le arrastrara. No tardo mucho en relajarse.
Se estaba bien allí, solo, calientito, con el sonido de la corriente y algún que otro pajarillo insoportable... Treinta segundos después abrió los ojos y miro en dirección a la aldea.

-Joder Gro, que oportuno eres... – gruño.

Salió del rió y se vistió sin ni tan siquiera vestirse. No tardo en ver una forma humaniforme con alas sobrevolando el pueblucho.

-Mierda Gro, espera que la lías – mascullo Jason echando a correr.

Apresar de su velocidad, reflejos y agilidad no llego a tiempo. Apenas había pasado las primeras cabañas, por llamarlas algo, cuando oyó gritos, señas de que Gro había aterrizado. Por un momento se planteo el quedarse allí o dar media vuelta y esperar a que se dejasen de oír los gritos de “¡Un monstruo!” “¡Se comerá a nuestros hijos!” “¡Matadle!” y similares.
Pero no podía ser, Gro era una de sus principales fuentes de ingresos, así que siguió corriendo. Sabiendo lo que iba a ocurrir, saco una daga de su bota.
Como había supuesto, tuvo que utilizarla apenas llego a la “plaza”, por llamar de alguna manera al vació de edificaciones que había en mitad de la aldea. Corto la cuerda de un par de arcos que iban a disparar sendas flechas envenenadas a Gro. El resto de la tribu bajo las armas confundidos.
Para ellos, lo que había en medio de la plaza era un monstruo, y no era de extrañar.

Quitando el echo de que Gro media tres metros y medio, que su piel su piel fuera blanca como la de un muerto, sus ojos rojos tuvieran una pupila vertical como la de un gato, que tuviera unos colmillos de unos quince centímetros de longitud al igual que las garras que tenia por manos y pies, y que lo que parecía un manto de plumas negro, pero en realidad eran sus alas plegadas, tuviera un brillo iridiscente, lo único raro que tenia era que las zarpas que tenia le llegaban a las rodillas y las botas de metal que llevaba, que le llegaban hasta media pantorrilla pero tenían una abertura al frente para que las garras sobresaliesen y el estuviera cómodo. Eso y que además cubría su cuerpo con prendas que parecían de algodón negro.

Pero esa impresión se vino abajo en cuanto se intento esconder detrás de Jason haciendo pucheros y le pregunto:

-¿Pero porque todos los de tu especie reaccionan igual al verme?

A lo cual el humano, girando la cabeza y separando apenas los dedos índice y pulgar respondió:

-Es que impresionas un poquito.

-¿Y porque quedamos aquí? – pregunto Gro aun intentando esconderse inútilmente tras el.

La mano en la que Jason tenia la daga tembló de las ganas reprimidas de apuñalarle.

-Pero si fuiste tu el que decidió que nos viéramos aquí.

-¡Es que tu ibas al sur y yo al norte y quedaba a medio camino!

Un tic nervioso se apodero del ojo izquierdo del humano.

-¡¿Y entonces de que te quejas?!

-Jo...no me grites...

-¡¿Qué no te grite?! ¡¿Qué no te grite?! ¡Te mereces que te...!

Pero lo que Gro se merecía quedo en un enigma ya que el jefe de la aldea se adelanto e interrumpió aquella desconcertante conversación, al menos para ellos.

-Disculpe, oh gran héroe ¿Hemos de deducir que esta... criatura es vuestro aprendiz?

-¡Que va! – negó Gro alegremente - ¡Si somos amig...!

-Es mi jubilación – le interrumpió Jason.

-¡Que cruel eres! – se quejo Gro volviendo a hacer pucheros

-Ya sabes que no te mato solo porque tus plumas valen un pastizal cada una, y manteniéndote vivo tengo un suministro ilimitado de ellas.

-Por lo menos eres mas sensato que el resto de tu especie – mascullo el “monstruo”

-¿Y... cual es el nombre de... eh... esta criatura? – pregunto vacilante el jefe de la aldea.

-Soy un habitante de las Montañas de los Abismos, un panverlatien, como decís los humanos – sonrió Gro – Y mi nombre completo es Gromhstm´gransd-geaimdgar .

-Pero como es impronunciable, yo le llamo Gro. – añadió Jason ante la cara de los aldeanos – Y ahora que ha llegado voy a preparar mis cosas para irme.

-¿no me vas a dejar descansar ni un poquito? – protesto el panverlatien haciendo pucheros por enésima vez.

-Tienes hasta que yo me termine de preparar – tercio Jason echando a caminar hacia la cabaña donde tenia sus cosas.

Gro sonrió, se sentó cara al sol y extendió sus alas como si intentase absorber todos los rayos de sol posibles. Sus plumas, sin dejar de ser negras, adoptaron un brillo verde, como la hierva bien regada y con suficiente sol, pero metálico.

Los aldeanos observaron a la criatura que se había sentado en mitad de la plaza a tomar el sol y que parecía ¿feliz? Era difícil interpretar las expresiones de aquella criatura mezcla de humano, pájaro y con algún detalle que recordaba a los reptiles, aunque sin tener una sola escama visible. Pero si, se podía afirmar que la forma en que sus ojos se habían cerrado y la forma en que enseñaba los dientes de aspecto peligroso formaba una sonrisa bobalicona del que esta feliz y en paz. Al menos no parecía amenazante ni mucho menos.

Uno de los niños de la tribu se acerco con curiosidad al panverlatien y quedo enfrente de el, observándole. Gro ni se inmuto, pareció no darse cuenta. El pequeño se puso de puntillas y extendió su pequeña mano intentando tocar las alas de aquella criatura tan extraña. Dos ojos rojos de pupila felina se abrieron para fijarse en el niño, minúsculo en comparación con la criatura. Un grito de angustia salió de la garganta de su madre.
Pero Gro sonrió, si inclino hacia delante y extendió las alas hacia el pequeño para que tocara sin miedo.

-Veo que si algo une a nuestras especies es la curiosidad de nuestros niños – dijo amablemente a nadie en particular.

El niño metió las manos entre las suaves, brillantes y cálidas plumas. El pequeño humano sonrió moviendo un poco los dedos. Era como su madre llenaba la tinaja del agua caliente del rió Dranamand y el se metía dentro. Era la misma sensación, pero como si además el agua se hubiera vuelto roca. Una de esas rocas brillantes y pulidas después de que los Maestros Artesanos de las leyendas las trabajasen. Pero las plumas también eran flexibles y ligeras, como la capa de la princesa que domo a los dragones, cuyo tejido era tan fino que era transparente.

El niño alzo la mirada hacia el rostro de la enorme criatura.

-Me gusta – sonrió.

Gro se irguió sonriendo también, se quito dos plumas que adquirieron reflejos dorados, como si fueran piedras de ónice veteadas de oro, y se las engancho al niño en el pelo con cuidado para no hacerle daño con sus garras.

-¡que bonitas! – exclamo el pequeño.

-Gracias. Pero son solo así de bonitas porque te las regalo, si me las quitasen perderían gran parte de su brillo y color – explico el panverlatien

El niño asintió y regreso corriendo a los brazos de su madre con una mano protegiendo las plumas. Gro volvió a estirar sus alas hacia el sol y a cerrar los ojos, aunque un escalofrió le recorrió la espalda al pensar lo que le haría Jason si se enteraba de que había regalado dos de sus plumas.

La muchacha que había sido El Águila entreabrió los ojos. Estaba en la Casa de Curación. Se incorporo llevándose una mano al estomago, donde le había herido El Lobo.

-Tranquila Brisa. Debes descansar. – susurro la Maestra Curandera.

Brisa, que encarno a El Águila el día de la Ascensión, giro la cabeza y sus ojos oscuros se fijaron en una mujer de pelo entrecano y arrugas marcadas que estaba machacando unas hiervas, tal vez para un ungüento o una poción.

-¿Cómo he llegado aquí, Maestra?

-Un héroe viajero te devolvió a nosotros después de que derrotaras a El Lobo.

La muchacha se levanto, enfadada. El hombre había entrado en el lugar mas sagrado el día mas sagrado... Y le llamaban héroe. Le llamaban héroe cuando deberían matarle. Trato de salir de la Casa de Curación, pero la Maestra le detuvo.

-Brisa, estas herida. Vuelve a acostarte, debes descansar.

La muchacha tembló de ira. Ella era una guerrera, debería haber muerto en el Bosque Quemado, no haber sido salvada por un extranjero que había insultado sus costumbres, sus creencias. Apretó los dientes al ver al viajero pasar por delante de la Casa de Curación, preparado para partir inmediatamente. Aparto a la Maestra y fue tras el.

Brisa quiso golpearle, pero el simplemente se hizo a un lado con un movimiento elegante y su puño se perdió en el aire, ella se desequilibro y callo al barro.

-Valla, sigues viva – comento James con una mezcla de sorpresa e indiferencia. – Serás una buena guerrera cuando crezcas.

Y se marcho. Brisa se incorporo y le miro con odio mientras el se alejaba sin darse la vuelta.

Le mataría. Por los Grandes Espíritus que algún día le mataría.


Gro abrió los ojos al sentir como su amigo Jason se acercaba. Vale, puede que el humano insistiese en que su relación era puramente económica, pero el panverlatien estaba firmemente convencido de que en el fondo le apreciaba y le consideraba un verdadero amigo.

Muy en el fondo.

Se levanto y plegó las alas a su espalda, de modo que volvieron a adoptar el aspecto de un manto de plumas de brillo iridiscente. Odiaba caminar, pero hacia mucho que se había separado de su compañero de aventuras y quería charlar con el durante el viaje. Y los humanos no volaban. Así que, por mucho que prefiriese surcar los aires, que era en su opinión el único modo decente que tenían los de su especie de desplazarse, caminaría en el suelo para hablar con Jason y hacerle compañía.
Además, el invierno se acercaba, y aunque sabia que su amigo era un hombre de recursos excepcionales, también sabia lo frágiles que eran los humanos ante el frió o el calor, y por muy extraordinario que fuese, temía que se muriese de frió al anochecer. Por eso, cuando ya estuviese dormido, tenia planeado taparle con sus cálidas alas. Seguro que así no le pasaba nada.

Le sonrió cuando estuvo a su lado , a pesar de que se sorprendía de que no hubiera conseguido un caballo para viajar mas deprisa. Instintivamente volvió sus zancadas mas pequeñas. Sabia que James podía ser mas rápido que el si se lo proponía, y que era un hombre muy peligroso, pero es que era tan pequeño y tenia unas piernas tan cortas... No sabia porque todos los humanos, por muy poderosos que fueran en el arte de la guerra o de la magia, le inspiraban ese instinto de protección.
Salieron del pueblo y se dirigieron a la montaña de los dragones. Tenían que pasar por debajo para dirigirse a donde Jason quería ir, aunque el panverlatien no tenia ni idea de a donde podían estar yendo. Durante el viaje, Gro le lanzaba miradas al humano que caminaba a su lado e intentaba iniciar una conversación, pero Jason estaba perdido en sus pensamientos y le ignoraba. Finalmente se adelanto, se dio la vuelta para quedar frente a él e hinco una rodilla para que sus ojos quedaran a la altura de su rostro. Apoyo una de sus enormes zarpas en el hombro de su amigo.

-Jason... estas preocupado ¿Piensas contarme que ocurre o me vas a dejar en la ignorancia como siempre?

-He recibido una carta de los Jefes Aventureros. Se reclama mi presencia y no me han querido decir porque. – Jason hablo con brusquedad y dureza, para después quitarse la enorme y pesada “mano” del panverlatien del hombro y seguir caminando tras esquivarle.

Gro suspiro. Conocía lo suficiente a su compañero para saber que ahora necesitaba pensar, aunque nunca lo admitiría. Así que desplegó las alas y voló bajo, siempre con la vista fija en el humano, sabiendo que algo grabe debía ocurrir para que Jason estuviera tan preocupado. Pero, de momento, solo podía observar y esperar a que pronto surgiera la ocasión de que pudiera ayudarle.

Al anochecer Jason se preparo para acampar, y se sorprendió de que Gro decidiera bajar con el para ayudarle.

Normalmente la criatura dormía colgado bocabajo de los árboles cual murciélago. Pero no le dijo nada, tal vez los panverlatien en invierno durmieran en el suelo por la falta de hojas en los árboles que les resguardaran del fuerte viento que habitualmente soplaba en las Montañas de los Abismos, llamadas así por los humanos por estar rodeadas de acantilados sin fondo prácticamente infranqueables. Eran como los fosos de un castillo.
Solo las criaturas con alas podían ir y venir entre las montañas y pasar los acantilados. Y la única manera de cruzar para un humano, era con la ayuda de un panverlatien, un dragón o un grifo. Aunque estaban tan al norte que no muchos se atrevían a intentarlo.
Jason saco algo de comida para el y bastante mas para su acompañante. Normalmente le mandarria a cazarse su propia comida, ya que era perfectamente capaz, pero no tenia ganas de escucharle.

Se quito la negra camiseta de viaje, revelando así el tatuaje del lobo que tenia en la espalda, lo que le identificaba como un Aventurero Cazador. Es decir, el era uno de los Aventureros que se encargaban de atrapar a ladrones, asesino, estafadores y demás calaña. Aunque de vez en cuando encontraba algún hechicero o guerrero que le ponía las cosas un poco difíciles.

Las cinco gemas que brillaban en el collar del lobo indicaban que había dominado las cinco magias que se podían aprender en un orden indistinto: Aire, Fuego, Tierra, Agua y Espíritu. En cuanto a las huellas del lobo en la arena, cada una representaba las distintas habilidades guerreras que poseía. Cuerpo, la mas fundamental, Armas, para la cual se debía aprender a manejar el arco, la espada, la lanza y el hacha, Sentidos, para la cual se necesitaba ser capaz de vencer a diez enemigos armados con los ojos vendados, la nariz tapada y los oídos bloqueados, Valor, la prueba de la que ninguno sabia de que se trataba, porque a cada uno tenia una distinta en la que se tenia que enfrentar a sus miedos, e Inteligencia, en la que se tenia que demostrar las habilidades tácticas y lógicas que se poseían.
Bastaba con tener tatuado con el lobo una de las gemas, o una de las huellas para ser considerado todo un Aventurero. Principiante, pero Aventurero al fin y al cavo. Desde ese momento se podía decidir que clase de Aventurero se quería ser.
De menor a mayor necesidad de habilidades, y por tanto de rango, estaban los Aventureros Viajeros, que simplemente se dedicaban a cartografiar el mundo, buscar especies nuevas de plantas, animales y criaturas y catalogarlas, y aprender idiomas nuevos. Los Aventureros Magos, que eran los encargados de lidiar con las criaturas mágicas y resolver los conjuros mal hechos y toda clase de entuertos mágicos. Los Aventureros Generales, que se encargaban de liderar los ejércitos del reino contra los invasores, Los Aventureros Cazadores, encargados de atrapar a los que incumplían las leyes, ya fueran campesinos, nobles, guerreros, magos, u otros Aventureros. Incluso criaturas catalogadas como racionales como los elfos, los centauros, los habitantes de las aguas, los panverlatien y un largo etc. Y por ultimo, estaban los Jefes Aventureros. Eran algo así como el alto mando de los Aventureros, encargados de coordinarlos a todos, indicar que Aventurero era el adecuado para cada tipo de trabajo, además de jueces, consejeros, y en algunos casos, oráculos de los dioses.

A Jason le habían propuesto muchas veces como candidato a Jefe Aventurero, pero el prefería quedarse como Cazador. Al fin y al cavo, así podía viajar y divertirse enfrentándose a gente similar a el y al mismo tiempo perfeccionar sus habilidades. Porque los Jefes Aventureros nunca salían de la sede a no ser que fuera una emergencia, y se pasaban el día intentando ser imparciales en juicios estúpidos, catalogando informes, enviando ordenes... pero de acción y diversión nada. Mejor se quedaba como estaba.

Mientras Gro devoraba la comida que le había dado con tanto ruido que parecía que estuviera comiendo el triple, saco un par de mantas y se acomodo contra una roca. Sus ojos, azules, grises o verdes según la incidencia de la luz, y que en ese momento eran casi añiles, se fijaron en el cielo, en el cual comenzaban a aparecer las estrellas. La luna estaba menguante.

-Oye, Jason... – llamo Gro después de terminarse la comida – Nunca me has contado como te hiciste esa cicatriz. – dijo refiriéndose a la cicatriz que tenia en la espalda, y que desfiguraba el ojo del lobo que tenia tatuado.

Jason no respondió, y el panverlatien se callo sabiendo que no lograría sacarle nada, y que si no le había amenazado con asesinarle o cortarle las alas, significaba que no había que tocar el tema.

-Buenas noches, Gro. – dijo tras un buen rato, cuando el ultimo rayo de sol desapareció.

Gro espero a que la respiración del humano se repentizara y acompasada para acercarse a el, recostarse en la misma roca y tapar todo su cuerpo con una de sus inmensas alas. Miro al cielo, sabiendo que si no se ponía bocabajo no lograría dormir, y que se dirigían a Anmren-la, también conocida como la ciudad de los Aventureros, por ser el lugar donde estaba la sede de la organización, donde se entrenaban y educaba a niños y adolescentes de ambos sexos para ser Aventureros, y donde se superaban las pruebas. Además de ser donde vivían los Jefes Aventureros. Les quedaban al menos tres días de viaje, aunque el hubiera podido hacerlo solo en unas horas de haber ido por el aire. Pero no le gustaba separarse de su amigo Jason.

Se estiro y trato de acomodarse inútilmente, mientras sus ojos rojos observaban como la luna se alzaba en la noche estrellada, derramando su luz de plata sobre las hojas caídas en una lucha contra el tiempo que no podían vencer.
Pudo ver como el manto negro y oscuro de las nubes devoraba las estrellas poco a poco, amenazando a tormenta, y como se tiño de rojo al amanecer, como una copa desbordada de sangre.
Se sintió inquieto. Según los que decían saber interpretar las nubes, aquello significaba que por la noche se había derramado gran cantidad de sangre.

21 comentarios:

  1. y a kien le interesa lo ke eskriva esta perra?

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  2. Mira subnormal, lo primero antes de criticar tienes que saber hacerlo mejor, y la verdad es que tu forma de "eskrivir" no dice nada bueno a tu favor, asique te metes tus gilipolleces por donde te quepan subnormal, porque es una historia genial, algo que nu nunca llegarás a hacer en tu miserable vida, que si no sabes más que envidiar mejor te callas la puta bocaza, ah, y aprende a ESCRIBIR ;)

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  3. x fabor, si da asko aljien deveria azerla tragar un poko de su propia mierda a esta perra para ke dejara de joder kon estas mierdas aunke seguro ke tu eres todavia mas idiota que esta marikona de mierda a la ke sejuro sta le gusta chupar pollas y que le revienten el kulo zorra de mierda marikona subnormal retrasada

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  4. Troles... dais pena :) Muy bueno, hay partes que yo hubiera puntuado de otra manera, pero el principio era impresionante, me has metido en el bosque *_*

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  5. Galahir, tenemos la sospecha de que es un unico troll XD

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  6. Ah XD bueno, por esa gran hortografia (la h esta a posta) que tiene, cierto XD pero estaba escrito para todos en general :)

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  7. Destr...Me he enamorado de tu forma de escribir y de la historia...¡Por Hades! Me ha atrapado, sinceramente, que bien escribes, que ideas tienes, que imaginación... :D ¡Seré seguidora de la historia!

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  8. Wow Miko... gracias, me alagas '///' No me haré la modesta, y admitiré que tengo una buena imaginación (no excelente, pero si buena) En cuanto a mi forma de escribir, aun tengo muchísimo que mejorar. No me termina de gustar. De todos modos, gracias por comentar

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  9. jajaja i ncima a yamao a sus marikonas d amijos para ke le komenten pa ke sta mierda no parezka tan mierda i gilipoyas como s

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  10. jajaja hay gente con el mismo nombre y la misma foto que en desmotivaciones (como Galahir) xDD
    soy nngenis y me ha gustado la historia :D
    por cierto, se nota que sois chicas, por la forma de escribir, en serio xDD un chaval nunca escribiría así, parece extraño pero es real xD
    PD: pts trols x lo menso ablar vien gilipollas y meteros las palabra por el ke tu tambn tendras tus amiguitos detras pa parecer un xulo

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  11. nngenis ¿tanto se nota la diferencia? XD ¡Que aunque nuestra manera de escribir se parezca -no en vano nos pasamos el dia escribiendo juntas- aquí cada una escribe lo suyo! Yo mis crónicas de Eleriem y ella todo lo demás

    PS: no des de comer a los trolls, que vuelven y se reproducen.

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  12. jajajaja no lo digo en vosotras en particular, sino en las chicas en general xDD, escribís diferente a los hombres y parecido entre vosotras :D
    y a los trolls procuro envenenarlos, por eso los alimento jajaja

    nngenis ;)

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  13. me cago en la hostia cualquier dia tengo que poner el dni para publicar un comentario joder jajaja

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  14. Esto... ¿Y mi comentario? :S

    Bueno, nngenis tira pal chat que esta para algo XD. (Y si quieres que salga tu nombre en vez de anonimo, abajo en comentar como: seleccionar perfil, elije nombre, pones tu nik, le das a continuar y listo)

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  15. Si yo tambien pienso eso de que escribis diferente... seguramente nosotros hubieramos implantado mas féminas (yo por no menos, creo que ya lo he dicho, pero si leo/escribo y no hay romance me acabo rayando la hostia) XD
    Ademas de que Gro tiene mucha fijacion por Jason, a nosotros no nos hubiera dado por ahi, en el fondo todos somos homofobicos, algunos menos algunos mas... Con esto de que te llamen maricon por cualquier chorrada acabamos acomplejados, y se nota mucho en las maneras de expresarse..

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  16. Es que Gro y Jason tienen un pasado en común, se conocen desde *spoiler* y claro... eso marca. Ademas, que la fijación no es solo con Jason, si no con todos los humanos. Con Jason mas, pero por que le considera un amigo y esas cosas.

    Ademas de que la raza de Gro *spoiler*...

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  17. Oh, impresionante.

    No sabía que se podía comentar (Estúpido Rey Exánime...)

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  18. querido Nazax, por eso te digo que deberías incorporarte a las nuevas tecnologias, te pierdes demasiadas cosas buenas XD.

    No te pido mas del comentario por que dudo que hayas leído el cap entero (no digamos ya los dos...)y aunque lo hubieras hecho, es tarde y no dan las neuronas para ello =)

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  19. Bueno, pone Anónimo, pero supongo que sabes quien soy. Es muy, muy buena historia. Escribes muy bien. Me voy ha hacer seguidor de esta historia, en serio.

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  20. Mmmh, pues ya era hora de que me diera por leerlo. Estoy también experimentando con la mierda de las cuentas de gúguel y los comentarios que dejar aquí. Aparte de algunas faltas ortográficas y un par de desordenes confusos al narrar, esta muy curiosa esta historia. Tengo ganas de leer el tercer capítulo (llevo este y el segundo).

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    1. Hombre, lo escribí hace 4 años... espero haber mejorado algo XD Excepto en las faltas... Esa mierda puede conmigo. Me gusta que te guste =)

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