viernes, 9 de diciembre de 2011

Nuevo Webcomic

Hola. Pues de nuevo creo una entrada para anunciar otro de los webcomics que me traigo entre manos y comenzó hace poco, y espero que continué en breve a pesar de esta semana tan vaga que llego. Entre fiestas, frió y demás se le quitan a una las ganas de todo.

He de decir que este cómic quizá no sea apto para todos, por escenas de sexo que contendrá. Ya que será principalmente sexo entre mujeres, aunque a la larga y con lo que se me ocurra, alguna pareja homosexual masculina meteré y por supuesto parejas heterosexuales y lo que surja.

Dejo aquí el resumen y las tres páginas que forman el prologo, para ver el resto próximamente en subcultura


Mirada Salvaje - http://miradasalvaje.subcultura.es/

Cierta mañana la doctora Beatriz se adentró en bosque con su libreta de notas, y un grupo de siete fornidos hombres que le defendieran de las sangrientas bestias mientras ella observaba a las aves. Había una bestia de la que no podrían protegerla



  






martes, 22 de noviembre de 2011

La Lanza de las Bestias - Prologo

Prologo

 El bosque negro era extenso. Y para quien no lo conociera bien quizá aterrador. Los altos árboles de barn se extendían hasta unos cincuenta metros desde el suelo hasta el cielo con sus tallos robustos en forma de espiral. Poseían un tronco de madera lisa y blancuzca que contrastaba a la perfección con las vastas y fibrosas hojas negras en forma de estrella de cinco puntas que coronaban sus copas e impedían que la luz penetrara en el frondoso bosque.

Quizá tan curioso como su población de árboles era el terreno rojo y arcilloso que daba el color de la sangre a Lago Banyr y que estaba cubierto de una variopinta cantidad de plantas y hongos.

Entre el bosque y el lago creaban un ecosistema peculiar de criaturas únicas que no sobrevivían en ningún otro lugar de la Isla de Xam.

Los habitantes de los Picos de Banyr eran quizá los que mejor conocían aquel lugar.
Expulsados hace siglos de la laguna por problemas con el rey, habían terminado habitando los tres pequeños montículos de tierra y sobrevivido gracias a la cercanía del bosque. Al menos eso era ahora. Cien años atrás muchos se habían perdido y muerto allí. O quizá habían sido presa de la legendaria bestia que daba lugar a leyendas desde siempre en la Llanura que cargaba con su nombre. Aquella bestia legendaria era conocida como Banyr.

No se conocía el aspecto exacto de la criatura pues por cada historia contada, este cambiaba. Lo único que se mantenía en todas las leyendas, al menos entre los habitantes de los Picos era que los ojos eran enormes y avellanados, de un negro intenso y les surcaba una pupila en forma de triangulo  del mismo rojo que el Lago. Se decía que tenía el cuerpo cubierto de escamas duras y brillantes como el acero que eran capaces de reflejar todo a su alrededor y crear ilusiones ópticas en los humanos. El tamaño de sus huellas variaba entre los cinco y diez hombres de largo, aunque en un caso u otro serían del mismo modo enormes.

Pero eran solo leyendas. Y de ser real, una criatura tan grande debería ser fácil de ver en el bosque. Aquellas leyendas habían terminado convirtiéndose en cuentos para asustar a los niños de la población y evitar que hicieran excursiones solos al bosque robando las barcas de los mayores.

No solía ocurrir nada excepcional a los ojos de los habitantes humanos, no hasta una noche de mediados de invierno en la que algo pareció explotar de pronto en el cielo nocturno y caer directo al Lago Banyr.



Dejo también el mapa para quien quiera verlo
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En fin me abarco en otra cosa que quizá jamas termine, pero que disfruto al menos imaginando. Se que tengo un montón de cosas empezadas que no se si alguien sigue o no, pero bueno, no escribo porque me lean si no por disfrutar, supongo. Así que al que me lea que disfrute de esto o que al menos no le sea desagradable, el que no, no tengo nada que decirle porque sería usar palabras en vano.

Huntress

sábado, 19 de noviembre de 2011

Cronicas de Eleriem. Capitulo 3 (1)

Tal y como avisamos, en vez de colgar esos caps kilométricos cada mucho, voy a ir subiendo lo que salga cada poco. Mi intención es que sea una vez cada dos semanas. Pero es eso, una intención. no lo deis por seguro. Aunque... ¿Hay alguien que siga leyendo esto? XD


jueves, 27 de octubre de 2011

El Fantasma del Diván IV

El Fantasma del Diván

IV



—¡Vamos ¡Será divertido!

Unas pequeñas y delicados manos se deslizaron entre el hueco que quedaba entre una vieja y mohosa puerta y una tabla clavada de mala manera para cerrarlo. Un sonido sordo, y quedó en manos de una niña entre los siete y ocho años que tras frotarse la nariz con la manga de su blusa rosa para apartarse los mocos dio una patada a la puerta abriéndola de par en par haciendo rechinar la oxidadas bisagras. Tras ella otro niño entró despacio en la abandonada casa. Temblando, mirando cada esquina de la estancia a la que había pasado.

Los muebles estaban cubiertos de sabanas, las sabanas de polvo, y sobre el polvo danzaban las arañas creando telas que casi iba del techo al suelo y que surcaban la habitación permitiendo que se exhibieran como lo que eran: Majestuosas equilibristas.


—¡Larguémonos de aquí! –gritó asustado, haciendo que el eco devolviera diáfana su voz y que la alegre niña riera y corriera habitación adentro pasando la primera puerta.

—¡Ooooh! —entusiasmada se acercó al maravilloso piano que tenia frente a ella, o eso creía. Sonrió al tirar de la sabana creando una nube de polvo, y descubriendo lo que ella deseaba.

Finamente se sentó ante ella y comenzó a pulsar las teclas haciendo una melodía desafinada y sin ritmo ninguno.

Se oyeron pasos a su espalda y después apareció el niño mirando nervioso a todos los lados y temblando.

—En serio, vámonos...

—Eres un gallina —acusó antes de imitar el sonido de dicho animal, saltar del banquito del piano y cogerle del brazo para correr hacia una escalera— ¡Subamos arriba del todo! Siempre he querido verlo.

Arrastrando al asustado niño con ella corrió escaleras arriba sin ser consciente de lo débil que era la estructura, y para cuando lo hizo, ya era tarde. La escalera cedió, el peso de su amigo tiró un segundo de ella hacia atrás antes de que inconscientemente le soltara y dejara caer.

Sería poco decir que se asustó, que estaba nerviosa... y que no sabía que hacer. El polvo no la dejaba ver nada, y solo supo seguir adelante, dejando a su amigo atrás, llorando desconsolada y entrar al diván... estaba lleno de trastos, pero no había una ventana por la que pudiera salir. Y como si de un ratón asustado se tratara, lo unico que quería era escapar. La imagen de aquello quedó grabada en ella, aunque no como había salido.

Para su desgracia su amigo ni vivo ni muerto había logrado salir de allí y enfurecido había logrado su venganza: Devolver el miedo  y la muerte.

Fin

sábado, 8 de octubre de 2011

El fantasma del diván III

El fantasma del diván
III

“De nuevo me he desmayado” Pensó ya sin sorpresa, era la tercera vez, comenzaba a tomar aquello con resignación. Tenía frío, sentía sus muñecas arder por el roce de los opresores grilletes, la sensación asfixiante por la mordaza y ahora también sentía el frió del metal en sus piernas debido a las cadenas que la ataban desde la rodilla a los tobillos. ¿Por qué la pasaba eso a ella? ¿Dónde estaba?

Enfocó la mirada en los objetos cercanos: Juguetes rotos, periódicos y revistas y...

“No puede ser...”

<<  Te equivocas. Sí puede ser  >> La voz del fantasma retumbó por las paredes. Había dejado de ser grave y amenazadora para convertirse en una voz de infante.

De nuevo intento soltarse, pero esa vez era aún más inútil que las anteriores. Miró hacia otro lugar y vio una sombra en la vieja y mohosa pared. Era pequeña...y la reconocía. En sus ojos se vio el terror y la culpa luchando por ganar la batalla entre uno u otro.

<<  ¿Ya recuerdas este Lugar? ¿Ya me recuerdas? >> La voz del fantasma en esos momentos parecía casi acompañada del llanto. Del berrinche de un niño al que le habían quitado algo. << Aquí hace doce años... tú me quitaste la vida  >>

De los ojos de la joven chica comenzaron a manar las lágrimas. Era cierto.

lunes, 26 de septiembre de 2011

El fantasma del Diván II

El fantasma del Diván

II


Cuando despertó, todo estaba en penumbra, la única luz entraba a través de las rendijas de un pequeño respiradero.

El aire de la habitación estaba cargado de un olor metálico, el nauseabundo olor de la sangre. Enfocó la mirada a la puerta y vio como bajo ella entraba el brillante líquido escarlata. En su garganta ahogó un grito de socorro que quedó en un sonido extraño.

En sus gruesos labios había ahora una mordaza.

De nuevo intentó Librarse de los grilletes, pero aquel sonido metálico solo logró atraer los huecos pasos del fantasma que en esa ocasión retumbaron en las viejas paredes como apisonadoras.

<<  Mala chica ¿Quieres cadenas también el los pies?  >>

Palideció y miró en rededor. Allí seguía sin haber nadie, sin haber nada.

“¿Micrófonos?”

<< No, pequeña ¿No recuerdas este lugar? >>

“... Me he vuelto loca” pensó para sí antes de notar como unos gélidos dedos pasaban por su cuello dejando en este una marca rojiza.

<< ¿Ya no reconoces mi voz? >>

Aquella última pregunta resonó por toda la habitación en un tono amenazador que la hizo estremecerse. Notó de nuevo aquella sensación fría en el cuello pero esa vez no eran dedos. Eran un par de manos que la estrangulaban.

sábado, 24 de septiembre de 2011

El fantasma del diván

Hola de nuevo ^_^ hacia tiempo que no subía nada, y como siempre no es para continuar algo si no para empezar algo nuevo, ya que soy incapaz de hacer relatos extensos sin aburrirme de ello voy a probar con relatos de menos de una página de cuaderno que intenten contar una historia (me huele a fracaso como siempre, pero hay que probar)

Saludos, Huntress


El fantasma del diván


I 

Abrió los ojos, a su alrededor había un montón de viejos objetos sucios y desordenados. Miró hacia arriba y ver los grilletes apresando sus manos.
“¿Qué ha pasado?” Pensó antes de comenzar memoria, o al menos intentándolo, ya que lejos de que se sentía aturdida; comenzó a oír unos pasos huecos acercándose a la habitación donde se encontraba.

Asustada dirigió sus ojos hacia la puerta;  vio el oxidado pomo girar despacio; después la luz entrando a través mientras sus latidos se desbocaba y resonaban fuertemente en el interior de su pecho. La luz no taró en remitir ya que una sombra de silueta humana la cubrió durante apenas unos segundos mientras la puerta seguía abriéndose.

Nadie entró.

Aquello la dejó obnubilada. De nuevo la puerta se cerraba y volvía a oir aquellos pasos, se estaban acercando a ella.

La entró el pánico y comenzó a mover las manos en un vano intento de liberarse de los opresores grilletes, solo logró enrojecer sus muñecas por la fricción contra el metal mientras oía los fuertes latidos de su corazón y comenzaba a sentir que la faltaba el aire.

<<  
Tranquila >>;  Le susurró una voz melosa casi al oído. La voz no parecía proceder de ningún lugar en concreto. << No tengas miedo, solo soy el fantasma del diván >>

Era lógico que aquello no la tranquilizara, el miedo la hizo empezar a dar patadas al aire provocando la risa de aquel autoproclamado fantasma, y que su agitada respiración, sumada al esfuerzo terminara en u un desmayo por falta de oxigeno.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Relato

Lo supo en cuanto le vio. Estaba muerto.

Retrocedió unos pasos, temblando y con un nudo en la garganta. Sus ojos azules estaban fijos en el cuerpo tumbado sobre el charco de sangre que había junto a la cama. Tenia la cabeza en una posición extraña, una pierna doblada en un ángulo imposible y el cráneo abierto, dejando que el cerebro saliera al exterior y se desparramara por el suelo. Aún llevaba el pijama puesto, y las sábanas envolvían cadáver, como si se hubiera caído mientras dormía.
Miró a su alrededor, buscando una explicación, una pista, una cámara oculta. Algo. Aquello no podía estar pasando.
Respiro hondo para calmarse, y el metálico olor de la sangre por poco le hace vomitar. Tosió y bajo al salón. Debía llamar a alguien, pedir ayuda. Pero ¿A quien?

La policía no le creería. En realidad, le acusarían a él. Pero... quizá estuviera a salvo en la cárcel. Quizá allí no pudiera pasarle nada. Negó con la cabeza. No. Encerrado sería una presa fácil, como lo había sido el muerto.

Había querido avisarle, pero había llegado tarde... Ahora tenia que correr. Coger todo lo que pudiera necesitar, y huir. Al menos hasta que supiera cómo matar a aquella cosa.

Mientras cogía la escopeta que había en el sótano, oyó que llamaban a la puerta.

- Mierda - mascullo para si, y su voz grave resonó en la oscura y húmeda estancia. Notó que de nuevo aquella cosa se apoderaba de él. - No, ahora no... - murmuró, con desesperación mientras cargaba el arma y subía las escaleras.

Una sonrisa maníaca apareció en sus labios. ¿Y por que ahora no? Eran humanos. El comía humanos. Era un demonio, al fin y al cabo. Si, culparían al humano que estaba poseyendo pero... ese no era su problema.

Abrió la puerta y disparo al policía a la cabeza.

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Bueno, gente, una mini actualizacion de un relato que he escrito en un momento. Se sale bastante de mi estilo, de hecho parece mas de Huntress ¿no os parece? Aun así, me vino en un flash y aquí esta. Lo que no se es si dejarlo así o continuarlo. Ya veré. Espero que os guste, o que al menos, os inquiete un poco.

viernes, 5 de agosto de 2011

Terratros, tierra en caos



Anuncio que tengo un wecomic con el usuario Luffy_the_King de Subcultura. como de costumbre yo dibujo y el pone el guión ^^

Por si queréis pasaros a ver dejo la descripción y direción del Webcomic :D

¡Saludos!

http://subcultura.es/webcomic/terratros

Un mundo donde el pan de cada dia son las luchas de poder entre nobles, el hambre y la muerte, un mundo donde la magia se esta perdiendo hasta limites insospechados tiempo ha, un mundo donde terribles males vuelven a despertar...

domingo, 10 de julio de 2011

Locos de medianoche

Locos de medianoche

II


Miré hacia arriba, y conté los peldaños de aquella enrevesada escalera de caracol. Eran de madera vieja, roída por las ratas y picada por las termitas al igual que las tablas de madera que recubrían la pared de adobe. Dudaba que aquella vieja escalera pudiera soportar a un hombre de mi peso y mucho menos al que me secundaba por detrás cuchillo en mano y apuntado con la afilada hoja de acero hacia mi.

No tenía más remedio que subir, de un modo u otro mi vida estaba acabada.

En cuanto posé uno de mis pies en el primer peldaño el crujido rompió en silencio, el sonido subió escalera arriba y regresó con eco al chocar contra el techo.

Comencé a contar un escalón tras otro sabiendo que con cada crujido me acercaba un poco más al cierre de mi vida. La escalera era irregular, torcida...incluso pasando de los cinco metros de altura según subía tuve que empezar a subir escalones de dos en dos pues solía faltar el del medio o estar a punto de caer.

Posiblemente esta iba a ser la vez que más adrenalina corría por mi cuerpo. La iluminación escasa no me permitía ver. Bajo mis pies aquella insegura escalera y... puedo jurar que se me encogió el corazón cuando al subir a cierto punto la barandilla cedió y cayó con un ruido metálico al suelo y luego el sonido del pesado cuerpo de mi secuestrador.

Con tiento me giré y mire hacia abajo. Los peldaños subidos se habían desprendido junto a la barandilla y la zona en la que yo estaba temblaba peligrosamente amenazando con derrumbarse. Sabe Dios a que se sujetaba para mantenerse aún en pie. Aquello era un milagro o simplemente no era mi momento. Quien sabe...

Comencé a correr haciendo oídos sordos a los crujidos, haciendo ojos ciegos a los peldaños que caían o se partían bajo mis pies.

Los minutos más largos de mi vida fueron la subida que aquella escalera que se derrumbó en cuanto de nuevo tome suelo firme. O al menos un poco más seguro.

Caí de rodillas jadeando, con el sudor frió bañando mi espalda y astillas clavadas en manos y pies. Pero estaba a salvo. Tras unos segundos alcé la mirada y a través de un ventanuco pude ver una preciosa luna llena que había llegado al cenit.

Fui a ponerme en pie, pero me corté con las baldosas sueltas. El dolor fue como una descarga que me hizo frenarme quedando donde estaba. Es curioso como puede acabar una noche en la que simplemente se tiene la intención de tomar un par de copas y echar unas risas.

Suspiré y me tumbé en el suelo.

No había modo de salir de aquel lugar. No había forma de que bajara de nuevo o de salir por aquel ventanuco que estaba enrejado. Y en aquel lugar situado en dios sabe donde era improbable que alguien me encontrara.

Pasaron minutos hasta que me calmé y comencé a recordar.

"Tu serás su comida"


Eso es lo que había dicho aquel hombre antes de llevarme a aquel lugar.

Comida.... ¿De las ratas? —pensé en voz alta. Grave error. Dos ojos ambarinos aparecieron en uno de los oscuros rincones y una silueta negra se alzó tapando la luz que entraba por el ventanuco. Enfoqué mi mirada en él, retrocediendo por el pánico. Aquel ser tendría unos cuatro metros de altura.

Se movió como una sombra y quedando encima me cubrió con una sustancia pegajosa que endureció en segundos. Fue lo último que sentí justo antes de la mortal dentellada, el dolor, y la oscuridad.

miércoles, 6 de julio de 2011

Locos de medianoche

Locos de medianoche


I


No recuerdo aquellos sucesos pasados demasiado bien, quizá por que el alcohol borró parte de ellos de mis recuerdos…o quizá porque esta es una historia aburrida que realmente ni mi cabeza se molestó en almacenar. Sea una cosa o la otra hoy siento la necesidad de dejarla plasmada para que algún ingrato en un futuro la lea y al igual que yo en aquel tiempo, saque sus conclusiones.

En Aquel tiempo yo era joven, tenía unos orgullosos veintidós años cumplidos, y debido a que provengo de una adinerada familia tenía mucho tiempo libre… —No pueden imaginar hasta que punto— cosa de la que ahora me avergüenzo, pero esa es otra historia supongo, no voy a aburriros con mi juventud, no todavía.

Recuerdo bien la hora, eran las doce y doce minutos, estaba aburrido en uno de aquellos antiguos bares donde todos conocían a todos, y donde podía perfectamente entablar una conversación con el camarero de turno por que prácticamente de niños os habíais pelado las rodillas juntos haciendo las mismas travesuras.

Aquel día era un 24 de diciembre, y por aquellas fechas las familias hacían vida en el hogar, no como ahora, por lo que el bar estaba vació, y de hecho debería estar cerrado. ¿Qué hacía yo allí?... Bueno, digamos que tuve el capricho de querer trabajar, y mi amigo me había cedido las llaves de su pequeño  local para que lo abriera aquel día, realmente se rió de mí y me dijo que tendría suerte si un gato callejero entraba por error allí aquel día.

Es curioso como en aquel tiempo aquel capricho había derivado de una absurda discusión con mis padres, no recuerdo el motivo, el caso es que aquel día dije que no iría a casa, y bueno…a la vista está que no fui.

Eso no son los hechos importantes de estos. Como decía recuerdo bien la hora, a las doce y doce minutos un desdichado hombre con abrigo de pana marrón y unos desgastados pantalones vaqueros entró en el bar. Se sentó en la barra y en silencio me señaló una botella de güisqui. No logré verle la cara, había entrado cabizbajo, arrastrando los pies, frotándose nerviosamente las manos, creí en un principio que por el frió, luego descubrí que le temblaban, pero no pregunté, no había visto aquel hombre nunca, y además era mi primer y único cliente.

—Buenas noches —dije entusiasta mientras llenaba el vaso  frente a él.

No hubo respuesta, ni siquiera alzó la cabeza, sacó un billete de diez mil pesetas y prácticamente arrancó el vaso de mis manos bebiéndolo de un trago.

No recuerdo que pensé exactamente en aquel entonces, pero seguramente igual que ahora haciendo memoria aquel tipo era sumamente extraño. Quizá llegara a pensar que era mudo, porque hasta cinco veces me señaló la botella para que le rellenara el vaso antes de decir una sola palabra, y cuando habló me dejó desencajado.

—¿Qué piensa usted de los asesinos, joven?

En un primer momento no contesté, bueno de hecho tarde minutos en hacerlo, tuve que pasar por un proceso largo para asimilar esa sencilla pregunta.

—Supongo que lo que todos…que deben estar entre rejas.

No se que murmuró en ese momento para si, pero me puso los pelos de punta y mis nervios hicieron que quisiera continuar aquella conversación.

—¿Qué es lo que piensa usted?

Rió a carcajadas y alzó la cabeza por primera para mirarle permitiéndome que viera su rostro, estaba surcado de unas profundas arrugas, que resaltaban aquella mandíbula cuadrada, tenía los labios morados, posiblemente por el frió, y sus cejas estaban unidas por un espeso vello negro en el entrecejo que malamente el hombre ocultaba con su flequillo, sus ojos, de un verde claro, parecían calculadores, fríos, no olvidaré aquella extraña expresión que puso al reír.

—Supongo que lo que todos —contestó con burla y desprecio— ¿No deberías estar con tu familia celebrando la Noche Buena? O más bien en la cama —volvió a reír, sin lugar a dudas el alcohol ingerido ya le había hecho efecto.

—Al igual que usted —respondí molesto ante la burla en su voz.

—Esta noche, ya no tengo familia…

—¿A que se refiere usted?

—Han muerto hoy.

Me dejó pasmado la tranquilidad que utilizó al hablar, no me parecía lógico. Comenzaba a asustarme, y no se me ocurrió otra cosa que beber para darme valor, algo absurdo.

—Lo siento mucho, caballero. Debe estar usted muy apenado.

De nuevo se rió, cada vez parecía divertirse más.

—Para nada, joven, para nada. Yo los maté. ¡Con estas manos! —las alzó ante mi para que las viera mientras decía aquella última frase.

Un escalofrío recorrió mi espina dorsal, no pude más que tomarme otro güisqui.

—¿Acaso usted está burlándose de mi?

—Sin duda, sí, pero también le estoy confesando mi crimen.

Exaltado di un golpe sobre la barra.

—¿¡Se da cuenta usted de que eso es un delito!?

—Por supuesto, y ahora usted pensará que debería estar entre rejas y no bebiendo aquí tranquilamente.

—Voy a llamar a la policía.

—Le mataré si lo hace.

No se que me asustaba más en ese momento, la tranquilidad con la que seguía hablando o la espeluznante conversación en si que estaba teniendo lugar, me arrepentí mucho en ese momento de haber querido trabajar.

No pude más que guardar la calma mientras miraba a mí alrededor buscando algo con lo que defenderme en caso de que aquel hombre se lanzara a por mí. No podía quejarme, había cuchillos, toscos taburetes de madera de roble tapizados en terciopelo negro, botellas y muchas cosas que podía arrojarle, o que creía poder lanzar ya que mis fuerzas por aquel entonces eran limitadas y mi musculatura enclenque. Respiré hondo y trate de mantener de todos modos la situación como estaba.

—¿Por qué me cuenta esto a mí?

—Eres el único pelagatos que hoy tiene el bar abierto a las doce el día de noche buena. ¿Cómo se te ocurrió abrir tal día?

—Sigamos con su tema…

—¿Acaso quieres oír mi historia?

—Tal vez…usted es el único pelagatos que ha entrado en el bar en todo el día.


Volvió a reír y se deshizo del abrigo de pana, la camisa entera estaba teñida de sangre y tenía un pequeño revolver en el bolsillo que había situado al lado izquierdo de la misma que tiraba de la tela hacia abajo haciendo que se pegara más a su piel mientras se secaba.

Aquello me provocó una nausea, en cuanto se deshizo del abrigo el metálico olor de la sangre había llegado hasta las aletas de mi nariz revolviéndome.

—¿Por dónde quieres que empiece?

Me llevé una mano a la boca y nariz intentando esquivar aquel olor, que no era en parte otro olor que el de la muerte, fue inútil.

—Por el principio…por donde si no.

Tomé asiento, aquella noche iba a ser muy larga. 

domingo, 3 de julio de 2011

Historia improvisada.

Caminaba por las calles, vacías a aquella hora de la noche. La luna se asomaba de vez en cuando entre las oscuras nubes que ocultaban las estrellas.

Los tacones resonaban en la acera en mal estado, con baldosas,rotas, sueltas o inexistentes y hierbajos levantando el cemento que las mantenía unidas, y la brea que cubría la carretera de al lado.
Una carretera que hacia años que nadie recorría, y que en la oscuridad de la noche se antojaba como un oscuro rió inmóvil.

Las farolas, sombras mas oscuras en aquella umbría parte de la ciudad, estaban regularmente distribuidas a lo largo de las fachadas de las casas desvencijadas como guardianes apagados.

Su aliento se condensaba en el aire frío como el acero, creando a su alrededor pequeñas nubes de vaho que se velaban ocasionalmente su rostro. El abrigo trataba de huir, impulsado por el viento del invierno que olía a nieve y a los tubos de escape de la autopista cercana.

Aceleró el paso, y el viento pareció querer detenerla, arreciando con mas fuerza y arrancándole el gorro. El pelo se esparció como alegre por su liberación, bailando con el aire sucio y contaminado. Se le hizo un nudo en la garganta al girarse para atrapar el rebelde gorro. Hubiera jurado haber visto la silueta de un hombre a unos pocos metros de ella.

-He debido imaginármelo. - se tranquilizo a si misma, mientras se apartaba el pelo de la cara y retomaba el camino, dejando el gorro olvidado sobre la acera.

Entre las sombras, una escalofriante sonrisa de hombre surgió como si fuera de la propia oscuridad, y un par de ojos siguieron a la mujer en su camino.

jueves, 23 de junio de 2011

Bestias Pardas

Está vez anunciamos otro webcomic. Bestias Pardas. Huntress dibuja y Destr incluye despues los diálogos, Así que explicaría de que va ala historia pero seria tan absurdo de hacer como la misma.

Si queréis reíros un rato y ver como desvariamos no dudéis en echarle un vistazo ^^ 


¡Saludos!

sábado, 11 de junio de 2011

Capitulo 3


ADVERTENCIA:

Este relato contiene una mención directa a relaciones entre hombres y relaciones sexuales además de escenas violentas no recomendadas para menores de 18 años. Así que si no te gusta nadie te obliga a leer ya que puede resultar ofensivo o incómodo o no adecuado para el lector.

Estimadamente Huntress

Perdón si hay alguna falta ortográfica, tengo que darle un repaso.




Capitulo 3

Las semanas pasaban y aquel loco seguía sin aparecer. Quería negarlo, pero me sentía solo. Demasiado solo y no dejaba de pensar en cosas que deseaba olvidar...

Mi trabajo, antes satisfactorio, ahora parecía una vulgar rutina...Un castigo diario que yo mismo me había impuesto.

¿Por qué? Quién sabe...

Ya no me emocionaba al tener nuevos pacientes, no me sentía útil con aquel trabajo, algo dentro de mi había cambiado, algo estaba a punto de estalla y iba a ser tan peligroso para mi como una bomba de relojería.

Oculté el rostro con la palma de mi mano y emití un sonido agónico. Estaba en la cama a punto de dormir —o eso intentaba desde hace horas— Lo que sabía era que ya estaba dormido. Me di cuenta cuando el escenario que me rodeaba repentinamente cambió. La habitación de paredes lisas y verdes se transformó en un pedregoso acantilado, el silencio se rompió interrumpido por el rumor del mar y el fuerte viento que soplaba en dirección al norte y que llenó imaginariamente con el olor del salitre que tan bien conocía.

Allí estaba yo, tumbado sobre guijarros al borde de aquel acantilado en cuyo final no había olas rompiendo contra la pedregosa pared si no un frondoso y oscuro de bosque ¿De dónde venía entonces el olor del mar? Los sueños a veces son demasiado absurdos.


"¿Qué es este lugar?"

Giré notando nítidamente la humedad del terreno bajo mis manos y clavándome las ásperas y afiladas piedras por la erosión del viento provocándome cortes sin sangre ni dolor. Eso era otro indicio de que solo era un sueño, era curioso que algunas cosas fueran tan reales en el y otras no.

Mire alrededor. No había nada extraño en la explanada de aquel lugar. Gaviotas dormitando, matojos que se movían con el viento y ratones corriendo en hileras de una madriguera a otra...asqueroso.

"¿Cómo he llegado aquí...?"

Sí, era absurdo pensar algo así, pero claro estaba sumergido en aquel sueño.

—Néstor....Néstor....Néstor....

Mi nombre sonaba como un susurró cerca de mis oídos, y procedía de una agradable y envolvente voz que ya conocía. Una voz que muchas veces había susurrado a mi oído en el pasado acompañando mi nombre con centenares de palabras...de mentiras...

—Ponte en pie Néstor...

No pude negarme a obedecer. Al tiempo que me ponía en pie el escenario cambió, volvía a estar en una habitación. Una habitación de paredes grises y pequeñas ventanas enrejadas que hacían deprimentes sombras en la pared y malamente dejaban entrar la luz.

—Néstor...

—¿Dónde estás?

—Aquí.

La voz se hizo más fuerte y una poderosa mano se posó en mi hombro, apretando la articulación con fuerza y dejando que los dedos se clavaran en mi piel atravesando con facilidad la epidermis de nuevo sin dolor.

No me parecía extraño, no era desagradable y realmente no podía verlo, solo sentirlo.

—¿Dónde estás? —repetí mi pregunta mientras mis ojos iban de un rincón a otro y la habitación se volvía asfixiante para mí.


Aquel sueño finalizó ahí, desperté jadeante, con el sudor resbalando por mi piel y haciendo que las sábanas se pegaran a mi cuerpo de forma desagradable. No me di cuenta en un primer momento pero alguien dormía junto a mí.

Miré con el temor de que aquel sueño —más bien pesadilla— no hubiera terminado y aquello continuara, pero aquel temor desapareció en cuanto vi el pelo azabache ocultando su rostro.

Había vuelto.

Sin despertarlo me abracé a él ocultando la cabeza en su pecho y oyendo su fuerte respiración. No tardó en llegarme el olor a tabaco negro y Whisky a través de su aliento.

"Tsk... desagradable, como siempre" Pensé antes de cerrar los ojos durmiéndome de nuevo casi al instante con una sensación extraña de protección.

Por la mañana ya no estaba quizá realmente aquello lo hubiera soñado también. Me había despertado con una sensación amarga y nostálgica.

"Quiero verte..." Aquel pensamiento fue fugaz pero no por ello deje de arrepentirme después de aquel deseo momentáneo.

No se como horas después aquella misma mañana había acabado tomando un tren a mi ciudad natal. Aquel sueño me había trastornado demasiado...no, no solo era el sueño, los días anteriores en general. Era mi día libre y quería alejarme de todo aquello. Era algo que había hecho sin pensar demasiado pero por lo que comenzaba a sentirme mejor.

Mis padres lamentablemente ya estaban "criando malvas" y lo único que me quedaba allí era un viejo apartamento con olor a cerrado y cargado de recuerdos de mi infancia y adolescencia. Lo primero que hice fue lo típico...perderme entre fotografías.

Estaba irreconocible...

Horas y muchas fotos después el teléfono me distrajo de aquello.

"Número desconocido"

En un primer momento por desconfianza decidí no contestar, pero al final ante la insistencia me pudo la curiosidad y terminé descolgando. La voz que oí al otro lado me dejó de piedra.

—Se que estás aquí.

El teléfono cayó de mis manos al suelo desmontándose al instante por el golpe.


Muchas preguntas invadieron mi cabeza de repente. Demasiadas y todas a la vez.

Como en mi época de adolescente no pude evitar refugiarme en una esquina de aquella habitación auto abrazándome y temblando.

Aquella regresión  no tenía sentido, aquel miedo en esos momentos carecía de base. Pero mi instinto era buscar refugio y no podía ignorarlo tan fácilmente.

Era adulto...técnicamente sabía como enfrentar mis problemas —o eso creía— Porque esa reacción indicaba todo lo contrario.

—Otra vez no...—aquella frase escapó de mis temblorosos labios y el eco de la habitación lo repitió con burla.

Tardé demasiado en serenarme, pero finalmente lo hice y salí de allí. De haber sido mas observador en aquellos momentos me hubiera dado cuenta de muchas cosas —pero eso se revelará más adelante—  .


Regresé sobre mis pasos para volver a la estación. No quería estar más en aquel lugar...no quería pensar en él.

El viaje de vuelta fue tranquilo y en cuanto llegue a casa me metí en la cama encogiéndome bajo las mantas y respirando hondo. Me dije a mi mismo que todo estaba bien.

—¿No vas a darme un beso?

¿Désde cuándo estaba allí? Me incorporé mirando a aquel acosador que me sonreía desde el marco de la puerta con el pelo empapado y mi albornoz.

—Lárgate.

Pude notar su fría mirada sobre mí antes de que se acercara dejando las huellas de agua en el suelo. En cuanto se sentó a mi lado el colchón se hundió con su consecuente sonido de los muelles al crujir.

—¿Dónde has estado? ¿No era tu día libre? Yo que creí que estarías deseando pasar tu tiempo conmigo.

—No se quien demonios querría pasar tiempo contigo. Das asco

No debí decir eso, pero me di cuenta tarde cuando sus manos ya estaban alrededor de mi cuello tratando de cortarme la respiración. Le miré a los ojos ¿Por qué demonios tenia esa expresión?....Ira, rabia....hubiera sido lo normal. ¿Pero por qué tenía esa expresión de tristeza?

Cogí sus manos con las mías y a ver que dejaba de ejercer fuerza las aparte y me incorporé para poder recuperar la respiración

—Realmente necesitas ayuda...—murmuré mientras me frotaba el cuello— ¿Qué haces aquí?

—He venido a violarte —respondió divertido.

—...Lárgate.

De pronto comenzó a reír y me abrazó. Tonto de mi  reconfortado por aquello después de aquel extraño día me permití apoyarme en él y relajarme. Era absurdo...pero aquel tipo comenzaba a parecerme soportable. Yo debía estar más loco que él.

jueves, 10 de marzo de 2011

Noticia

Fuera de este Blog Destr y yo también hacemos proyectos juntos en este caso un webcomic por lo que si alguien esta interesado en leerlo puede hacerlo en el siguiente Link ^_^


Siervos

"En un país reprimido por una dictadura encubierta, donde sus habitantes ya están resignados y el gobierno usa la tecnología para su beneficio , una simple chica...


¿Desde cuando la trama es importante? ¡Hay muertos y fanservice para el nene y la nena!"



domingo, 6 de marzo de 2011

Tira Absurda 2- Ramna 1/2

Bueno es una tira cutre, rápida y sentido (la alegria de la huerta vamos xDD)

El que conozca la serie que no me sea quisquilloso que ya se que con el agua fría no salían solo mujeres, pero tengo alguna más pensada así que ¿haré una saga de esto? A saber

Sin más la cutre-tira =D

jueves, 3 de marzo de 2011

Yo tambien participo

Bueno, ya que Huntress ha empezado con las tiras, pues bueno, yo tambien me apunto. Ah, y los tomatazos e insultos posibles para mi (Destr) que aunque compartamos cuenta ella no ha tenido nada que ver en esto. Es una idea y opinión mía. Por cierto, no tengo ni puñetera idea de dibujar, pero se supone que en esta "sección" eso es lo de menos ¿no? XD

viernes, 11 de febrero de 2011

Tira Absurda 1

¡Hola! 
Si pensabais que esto se había muerto estabais en lo cierto pero he aquí un placebo barato para manteneros entretenidos como poco dos segundos (No os quejéis) Para animar un poco esto se publicaran tiras de este tipo para dar vida a este nuestro blog :D

Aquí os dejo la primera ^^ S.M.K no se que ha sido de ti pero te la dedico :



(Si clickais en la imagen sale a tamaño original ^.^ )

sábado, 8 de enero de 2011

Capitulo 2

ADVERTENCIA:

Este relato contiene una mención directa a relaciones entre hombres y relaciones sexuales además de escenas violentas no recomendadas para menores de 18 años. Así que si no te gusta nadie te obliga a leer ya que puede resultar ofensivo o incómodo o no adecuado para el lector.

Estimadamente Huntress

Perdón si hay alguna falta ortográfica, tengo que darle un repaso.


Capitulo 2

No tardaron más de un par de días en darme el alta. al parecer ese tipo me había llevado al hospital alegando que él ya me había encontrado así. Y por lo visto había usado preservativo, así que toda la culpa quedó para un segundo violador inexistente. No me molesté en enculpar al verdadero. Yo había pedido aquello...aunque no esperé terminar así...por el amor de dios aquello se había hecho publico...todas las personas cercanas a mi lo sabían...violado por un hombre, lo consideraban denigrante y queriendo o sin querer les notaba como intentaban consolarme o alejarse de mí.

Seguí con mi vida, aunque busqué como loco mi pulsera por todas partes, no estaba en ningún lugar de mi casa . ¿La perdería mientras bebía?... no, no era posible.

Era imposible que algo que llevaba tan ceñido a mi muñeca se cayera así como así.

"Lo siento...no quería...yo...yo no voy a olvidarte por eso..." No podía dejar de pensar eso una y otra vez mientras miraba mi muñeca vaciá. Técnicamente estaba de baja y tenía mucho tiempo libre ya que no podía moverme y mi secretaria amablemente había pasado a ser mi enfermera sin necesidad de pedírselo. Algo exagerado la verdad, pero no podía quejarme.

Aquella noche cuando ya me hallaba solo me sobresalté al oír la puerta abrirse...era la una de la madrugada y nadie que yo supiera tenía llaves...¿Un ladrón?

Ojalá lo hubiera sido eso la verdad. Allí estaba aquel estúpido, se quedó en el marco de la puerta de mi habitación y sonrió con burla para después enseñarme el juego de llaves que debía haberse llevado cuando me violó.

—¿A qué demonios has venido? ¿Quieres romperme el resto de costillas que me quedan o qué?

—No, ni mucho menos. Venía a devolverte esto.

Del bolsillo de su traje sacó un cordón negro, totalmente deshilachado y claramente cortado a la mitad, porque en el medio se veía el nudo que yo mismo había hecho en el pasado. Puede notar como mis pulsaciones se aceleraban mientras comenzaba a arder de rabia. Él. Había sido él.

—Mmm, mierda, parece que esta cosa era importante, entonces mejor no te dijo para que la he usado —a pesar de que la frase podría entenderse hasta de disculpa con la voz burlona que estaba hablando era claramente una pueril provocación que funcionó, ya que intenté lanzarme a por él cayendo automáticamente al suelo de forma pesada.

—Voy a matarte ¡Joder! ¡Voy a matarte!

Comencé a golpear el suelo con rabia, me dolía todo. Ni siquiera iba a poder volver a subirme a la cama. Ahogué mis sollozos para gritarle que se largara, no quería que estuviera allí.

Aunque no pudiera verlo porque tenía la mirada enfocada en el suelo, aquel desagradable ser no se movió de donde estaba, y podía notar su mirada clavada en mi sin compasión alguna. ¿Qué demonios quería ese tipo de mi? No había pasado ni una semana y ya había conseguido alterar mi vida así. ¿Por qué?

—Al gilipollas que te dio esta mierda no le dirías que se largara —dijo media hora después antes de tirar la pulsera rota al suelo— incluso inconsciente te agarraste a ella. Comenzaste a sangrar en el mismo momento que la corte con mi navaja, fue totalmente sincronizado. Y con certeza excitante para mí.

—Vete... —murmuré con la voz rota— por favor —cada letra que decía me hacía sonar más suplicante, no podía ahogar más sollozos— ya....

—No. Ahora eres mi amante.

—¿Qué te hace pensar eso?

—Bueno pues, hemos follado, y tengo un juego de llaves de tu casa. Ya es mas de lo que tienen algunas parejas.

— Dilo bien: Me has violado mientras estaba inconsciente, y has robado el segundo par de llaves que guardaba en mi casa.

—No veo la diferencia. He venido a tener mi cita de hoy. Ya que no vas a estar receptivo dejaré el sexo para otro día, a fin de cuentas de eso ya vengo servido.

"Lo mato...lo juro, en cuanto pueda sostenerme en pie me lo cargo...le corto el rabo y se lo doy de ofrenda a los lobos..."

La conversación pareció terminar ahí, porque se acercó a mí y me cogió en brazos para ponerme de nuevo en la cama, momento que aproveché para soltarle un puñetazo en mitad del rostro. No era una persona violenta (al menos no demasiado), pero aquello me relajó y mucho, y más cuando vi que comenzó a sangrar el labio inferior de aquel tipo. Claro que esa satisfacción que había ganado se esfumó cuando se relamió y sonrió ampliamente.

—Casi consigues que se me ponga dura.

—...Necesitas ser internado en un psiquiátrico...seguramente seas un psicópata...

—¿Lo soy? que importa. Pocos de los que ven este lado de mi sobreviven...si, debo serlo —su voz sonaba tranquila. Aunque se endureció con la siguiente pregunta— ¿Tienes algún objeto similar a esa pulsera?

—No, y aunque lo tuviera no sería asunto tuyo. Lárgate.

No me escuchó, cogió de nuevo mi preciada pulsera del suelo y comenzó a husmear por la casa sin que de nuevo yo pudiera impedírselo. Pronto comencé a oír como tiraba cosas al suelo y el sonido de papel al rasgarse. No lo supe en ese momento, pero estaba rompiendo todas mis cartas y fotografiás dejando únicamente las cartas del banco y recibos y las fotos en las que solo salia yo. Comenzaba a tener miedo y darme cuenta de que si quería mantenerme bien físicamente debía seguirla la corriente. Era una persona peligrosa, que sin yo saber porque había desarrollado una obsesión hacia mí.

Cuando volvió se tumbó en silencio a mi lado con una expresión de estar satisfecho con lo que acababa de hacer. Me cogió con fuerza de la mano, se tumbó y cerró los ojos dándome como explicación que los amantes dormían juntos.

No solo entraba por la cara en mi casa, iba a tener la desfachatez de quedarse a dormir. Suspiré. no podía hacer nada, no en la situación en la que me encontraba. Así que me dormí también deseando que no estuviera allí cuando despertara. Cosa que por suerte y tranquilidad de mi espíritu ocurrió.

¿Quién demonios era ese tipo?

Los días siguientes fueron tranquilos...y cuando digo días me refiero a meses, porque no volvió a aparecer...

"Amantes...¡Tsk! maldito mentiroso. Ya no puedes fiarte ni con los que cogen una obsesión hacia ti"

Era curioso, pero cada día sin darme cuenta había una fracción de mi tiempo que la dedicaba a pensar en él.

* * *

No hacía ni media hora que me había llamado y como un estúpido yo ya estaba allí para buscarle. Lo encontré tendido en suelo encima de un charco formado por su propia sangre, su usual e impecable traje estaba despezado en tiras de tela que no tapaban realmente nada. Me quedé petrificado cuando me miró serenamente con sus fríos ojos mostrando una sonrisa de desdén.

—Al final has venido.

Su voz sonaba cansada y rota y al final de aquella corta frase comenzó toser sangre entre espasmos. Me agache a su lado preocupado y le apoyé sobre mí manchándome con su sangre. Automáticamente él se desmayó. ¿Por qué demonios sonreía? No sabía demasiado de él, así que no supe más que llevarlo a mi casa. Sus heridas no eran realmente grabes. Cortes que sangraban escandalosamente, algunas zonas hinchadas por los golpes que debía haber recibido y el motivo por el que había tosido sangre es por que le habían partido un diente.

"Es curioso como una sola persona puede alterar tanto tu vida"

Le limpie y curé las heridas para después dejarle algo de mi ropa y tumbarlo en la cama qué más iba a hacer si no. Además hacia tantos meses que no le veía...y estaba dando una imagen de si mismo tan diferente a la que recordaba.

Inocente, indefenso...¿Era él realmente? No me lo creía...al igual que no podía creerme que tenerle cerca y volver a verlo pudiera hacerme tan feliz. Me rasqué la nuca y negué con la cabeza mientras salía de la habitación para ir al salón. No podía permitirme aquello y menos con aquel hombre que claramente no estaba metido en asuntos legales.

Me llamó cuando despertó y no tuve más remedio que acudir, podría necesitar algo, lo que no me espere es que cuando me acerqué tirara de mi, haciéndome quedar sobre él para besarme. Pude sentir el sabor de la sangre en mi boca y como me abrazaba y pegaba más a él de forma posesiva haciéndome notar su calor corporal, haciéndome sentir protegido . Hacía tanto que alguien no me abrazaba...que no me besaba así que inconscientemente me dejé llevar, me abracé con fuerza a él y correspondí aquel beso sin ninguna resistencia para luego hacer algo vergonzoso a mi forma de ver, quedar apoyado en su hombro sin ser capaz de soltarle.

— No me sueltes...—murmuré antes de comenzar a llorar como un idiota contra su hombro, posiblemente dejándolo perplejo, aunque noté como me abrazaba con más fuerza.

—Ves como sí somos amantes.

Su voz sonaba divertida y he de reconocer que eso me molestó ¿Acaso quería reírse de mi? Me separé bruscamente y le miré con rabia, no se que dije en ese momento pero si que segundos después salí de la habitación dando un portazo y desencajando el marco de la puerta dejando a aquel payaso riéndose a carcajada limpia en mi cama.

"Te odio..."

* * *



Los próximos días tubo que quedarse también en mi casa, era lógico, no podía ni moverse de la cama y además continuaba teniendo aquella fiebre provocada por las heridas. Al menos no era una de esas personas complicadas de atender. No pedía realmente nada...más bien yo tenía que obligalo a que lo pidiera, si no se hubiera pasado aquellos días sin comer ni levantarse siquiera para ir al baño. Parecía tener una gran resistencia a todo.

—Es hora de que te bañes ¿No crees?...

No, no lo creo...

Miró hacia la ventana mientras el oscuro negro ocultaba totalmente su perfil. No se notaba demasiado pero poco a poco su mirada se iba apagando, más adelante descubrí que era porque no le gustaban los espacios cerrados ni estar mucho tiempo sin hacer nada. Pero en esos momentos en los que perdía los estribos con facilidad lo único que conseguía cada vez que hacía eso era que yo le insiriera más con las cosas.

Me da igual lo que creas —dije con calma mientras una vena en la frente se me hinchaba— pero llevas días sin darte ni siquiera una ducha...y ¡apestas!

—Tsk....

Se destapó dejando ver una de las heridas más graves y que estaba claramente infectada, gruño y se puso en pie sin esperar que me acercara a ayudarle por lo que segundos después se desplomó al suelo. Le oí maldecir a todos los santos habidos y por haber y después comenzó a arrastrarse hasta el cuarto del baño. ¿Pero tanto le costaba pedir ayuda?...

Bufé y le ayudé a levantarse del suelo y a llegar al baño, de todas formas iba a necesitar ayuda y ya le había preparado la bañera. Le quité las prendas que llevaba en ese momento y le obligue a que se metiera despacio en la bañera a sabiendas de que en esos momentos estaba evitando el contacto visual conmigo.

Era extraño que una persona con su carácter en esas circunstancias en lugar de exigir ayuda la evitara por todos los medios posibles.

—... No pretendo quedarme más días aquí —murmuró de pronto mirando hacia el agua.

—Ya...¿Y vas a ir arrastrándote por toda la ciudad?

—Probablemente. ¿Dónde está mi tabaco?

—Donde debe estar, en la basura...en esta casa no se fuma.

Se giró bruscamente y clavó sus fríos ojos en mi haciendo que me recorriera un escalofrió.

—No es cierto que esté en la basura. Traémelo.

—...

Como un idiota se lo llevé, de todas formas parecía que estaba volviendo a ser él de nuevo, aquello me molestaba y aliviaba a partes iguales.

En cuanto se lo di comenzó a fumar en silencio sin dejar que me acercara a él. Aquella fue la primera oportunidad que tuve en fijarme en su cuerpo con tranquilidad, aunque era algo descortés por mi parte, pero hasta ese momento no había tenido la suficiente curiosidad como para fijarme detalladamente.

—No deberías hacer eso...

—¿Por qué? ¿No eres tú el que dice que somos amantes?

—¿te gustaría estás lleno de cortes y que alguien se te quedara fijamente?

—Quien sabe...nunca he hecho nada ni he tenido el infortunio de que me den una paliza.

No pude evitar decir eso en un tono borde y burlón que desde luego no agradó para nada a aquel tipo. Realmente estaba buscando cabrearlo para que reaccionara un poco pero no parecía que fuera a conseguirlo. Así que cuando se terminó el cigarro me resigné y le ayudé a que se bañara, además como pude le vendé el pie, no me había dado cuenta, pero se le estaba comenzando a hinchar, posiblemente se lo hubiera torcido al caer.

—Debo irme a trabajar...

—... eso es algo que ya se ¿Qué quieres? ¿El beso de despedida?

"Te odio..."

—No, desde luego que no.


Indignado me fui, ¿Por qué siempre tenía que decir cosas así?...más bien la pregunta era ¿Por qué era tan idiota de mantenerlo en mi casa?...La respuesta era simple, aunque no iba a admitirlo. Prefería tener a ese psicópata en casa antes que seguir estando solo. Sí, había roto todas mis fotos, había destruido casi todo lo que me traía recuerdos tanto buenos como malos, pero daba igual, al estar continuamente molestándome me olvidaba de todo aquello, no era algo realmente positivo, pero al menos sabía que al llegar a casa ya no solo estaba mi preciado gato, también estaba él.

Aquello iba a durar poco ya que en cuanto pudo ponerse en pie, y sin avisarme desapareció de nuevo, ni siquiera me extrañé o sorprendí...